Via: Al Día
By: Jenny Manrique
Unas 20 jóvenes de la escuela Irma Lerma Rangel cumplieron su sueño de conocer a la autora de su libro favorito: una autobiografía sobre mujeres en el campo de la ciencia.
Con una copia de Lab Girl en sus manos, America Rodríguez se paró tan cerca como pudo de su nueva autora favorita, la doctora Hope Jahren. Le hizo cuanta pregunta se le ocurrió y recibió según sus palabras, uno de los mejores consejos de su joven vida: “no importa cuántos premios te has ganado, sino la persona en que te has transformado durante el curso de tu carrera”
La estudiante de preparatoria de la escuela Irma Lerma Rangel, que fue la primera escuela pública exclusiva para niñas en Texas, fue una de las 20 jóvenes que tuvo la oportunidad de tener su libro autografiado y tomarse fotos con Jahren durante el almuerzo de la Fundación de Mujeres de Dallas el pasado 20 de octubre en el Hotel Hilton Anatole.
“Esta autora me inspiró mucho”, le dijo America a Al Día. “Me abrió los ojos al descubrir cómo más mujeres están metidas en las ciencias. Yo me esperaba ver a una científica muy estructurada pero ella es muy relajada y humilde”.
Jahren no solo es una galardonada geoquímica y geobióloga considerada una de las 100 personas más influyentes según la revista Time, y cuya autobiografía Lab Girl ha hecho parte de la lista de los libros más vendidos que publica The New York Times.
Sus descubrimientos sobre secretos ocultos en la vida vegetal fosilizada han resultado en al menos 70 estudios en docenas de revistas, pero también le han dado una plataforma para hablar sobre otro tema: el acoso sexual generalizado y la discriminación contra las mujeres en el campo de STEM (cienciaa, tecnología, ingeniería y matemáticas).
“A ustedes les han enseñado una verdad sagrada: que hombres y mujeres fueron creados iguales”, dijo Jahren al grupo de niñas. “También les han dicho que no deberían tratar a nadie como si fuera inferior pero lo que frecuentemente no les dicen es que tampoco deben mirar a nadie como si fuera superior”, agregó.
“Gente como yo, sus profesores o maestros también son iguales a ustedes y eso es una cosa increíblemente importante de recordar cuando entren al mundo de las dinámicas de poder y agresivamente persigan sus sueños”.
Su discurso ante centenares de mujeres presentes en el almuerzo también fue transmitido vía internet a 20 escuelas chárter y públicas. Ocho de ellas hacen parte de la Red Preparatoria de Mujeres Jóvenes que ha recibido varias subvenciones de la Fundación de Mujeres de Dallas para desarrollar programas de liderazgo, particularmente en STEM. Jahren les contó cómo fue crecer en el laboratorio de su padre, quien era profesor de física en un área rural de Minnesota y le apoyó para entrar en un mundo considerado de acceso exclusivo para hombres.
“Yo seré la primera generación de mi familia que va a la universidad y mis padres me están apoyando mucho en mi carrera”, contó por su parte America cuyos padres mexicanos crearon una extensa familia: en total son nueve hermanos, seis mujeres y tres hombres.
“La mitad de mis hermanas quieren ser doctoras, las otras ingenieras y una más quiere estudiar negocios. Siempre nos han dicho que no hay barreras solo por el hecho de que somos mujeres”.
Según cifras del 2015 del Instituto para la Investigación de Políticas de las Mujeres (IWPRen inglés) en Texas solo el 27% de quienes trabajan en el campo STEM son mujeres. De acuerdo a la oficina de innovación de Estados Unidos que prepara reportes estatalescon base en encuestas con estudiantes, en las secundarias de Texas el 15% de las mujeres está buscando estudiar una carrera en STEM.
America tomó cursos de química avanzada y física durante el verano y se prepara para incluir más materias de ciencia en los siguientes dos años que le quedan antes de ir a la universidad. La lectura de Lab Girl fue una sugerencia de su maestra de literatura avanzada, Jo Rohde, quien explicó a Al Día que a veces le costaba atar el estudio de temas como la retórica (su actual enfoque) a libros de matemáticas, ciencia o ingeniería.
“Cuando nuestra bibliotecaria me mencionó Lab Girl y que había sido escrita por una científica, pensé que era perfecto para seguir preparando a nuestras niñas a que sean líderes del siglo 21 en el campo del STEM”, aseguró Rohde, cuya clase está compuesta por un 72% de estudiantes hispanas.
“Ya vamos más de la mitad de este libro y ya tenemos preparado el siguiente: Freakonomics”, puntualizó.